viernes, 15 de julio de 2011

EL PUIG

No se pueden poner puertas al campo, hacerlo con el mar no es buena idea. Tarde o temprano se abrirán.
                                  

Para los que somos de secano la sóla presencia de un velero en el horizonte nos evoca sentimientos de libertad.                                                                                                                                                                    
El tornillo de plástico que se utiliza en la playa para poder clavar la sombrilla en la arena tiene la forma de un tubo cónico. Cuando lo mojé y miré para ver si estaba limpio, sus paredes interiores me ofrecieron esta magnifica paleta de colores producida por la descomposición de la luz blanca del sol.




 



 Estar de vacaciones y madrugar parece no tener mucho sentido, pero si es para gozar de un amanecer y poderlo congelar con la ayuda de tu cámara no habrá pereza para saltar de la cama. Aunque tomé bastantes instantáneas dejo aquí una pequeña serie que resume las primera luces del día en la playa de El Puig, un pequeño y bonito pueblo al norte de Valencia.




 No dudé en soltar el dedo cuando encuadré a esta hermosa mujer, posiblemente africana. Sentada en la arena parecía estar esperando que del mar llegara algún cayuco cargado de rico pescado. O, tal vez, con su mirada, perdida en la lejanía, buscara la tierra que la vió nacer.

 Estas pequeñas construcciones a pie de playa, las casitas de los pescadores, parece que incumplían la ley de costas y quince días después de tomar esta foto fueron derribadas. Ahora es un solar sin más. Lo cierto es que antes daban color.
No lejos de allí, en L' Alboraya, hay una moderna urbanización con las calles interiores que forman un puerto deportivo. Es Port Sa Playa, que la noche deja estas vistas.



A mediados de Agosto celebran en El Puig las fiestas en honor a su patrón, San Roque. Ésta es una empinada y bonita calle de este pueblo de la huerta valenciana.

 Dos tomas, una nocturna de la escalera y una diurna panorámica del Monasterio de Santa María.

 En vísperas de San Roc, los toros cerriles (bous al carrer) son los protagonistas de la fiesta. Las calles de El Puig, después de la siesta, hierven de jóvenes dispuestos a correr y jugar con los astados, como este de la ganadería de Fuente Ymbro, que un mes antes estuvo encerrado en Pamplona como sobrero en los Sanfermines.




 No faltaron buenos rodadores dispuestos a hacerles ajustados quiebros a los toros.


2 comentarios:

  1. Javi tengo que felicitarte por este reportaje, la de la puerta y amanecer me gustan mucho todas con marco y firma, tema variado y texto bien redactado, felicidades.

    Un saludo, Alex.

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  2. Muy bonitas las puestas de sol.

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